Córdoba | Cinco lugares para capturar las mejores imágenes
Cuáles son los lugares ideales para tomar las mejores fotografías: pueblos serranos, construcciones barrocas, sendas místicas y un mar eterno en pleno corazón del país.
Córdoba ofrece una gran variedad de escenarios únicos que se prestan para explorar y también para retratar. Es que los diversos paisajes serranos junto con sus distintos espacios de interés arquitectónico son ideales para capturar cada instante y compartirlos como memoria activa de cada vivencia.
Con ese objetivo, la propuesta es visitar cinco hitos que se prestan para tomar las imágenes más imponentes. Abarca dos espacios de interés arquitectónico y tres destinos clásicos que caracterizan la belleza natural de la provincia.
Teatro San Martín
Desde 1891, el Teatro del Libertador General San Martín mantiene su maquinaria escénica original. Es un monumento de amplio valor arquitectónico. Su diseñador fue el italiano Francisco Tamburini, quien también proyectó la Casa Rosada y el Teatro Colón.
Entre los diferenciales de potencial fotográfico del San Martín, además de la fachada se encuentran su telón de boca, la decoración del vestíbulo, la sala y las distinguidas Salas Nobles. Estas últimas fueron ornamentadas por el artista Arturo Nembrini Gonzaga.
Recientemente el teatro fue objeto de una importante obra de restauración. Su presencia, que embellece la ciudad de Córdoba, permite acceder a producciones en lírica, ballet y conciertos que suman oportunidades a la hora de diversificar la captura de imágenes.
Manzana Jesuítica
La Manzana Jesuítica comprende la Iglesia de la Compañía, la Capilla Doméstica, la Residencia de los padres y el antiguo Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba. Es un conjunto que fue clave en el desarrollo cultural, económico y territorial de la provincia.
Su obra inició en 1608. Durante 100 años se añadieron distintos edificios que más tarde pasaron a conformar la actual disposición. En estas construcciones se observan algunas de las máximas expresiones del arte barroco de Latinoamérica.
Por eso, cualquier paseo por la Manzana abre un sinnúmero de opciones en materia fotográfica. El ojo atento podrá notar las bóvedas pintadas y los retablos de la Iglesia y la Capilla Doméstica, entre otros detalles típicos de ese período de exuberancia ornamental.
La Cumbrecita
A La Cumbrecita se le considera el primer pueblo peatonal del país. Se ubica a 122 kilómetros de Córdoba capital, en el punto más alto de la provincia, donde las aguas traslúcidas contrastan con un paseo de artesanos de impronta multicolor.
La comuna ofrece un amplio abanico de posibilidades a fotógrafos, aficionados y entusiastas de Instagram, se trate de obtener material profesional o simples recuerdos en modo groupie o selfie que capturen la estética alpina de esta localidad.
En La Cumbrecita hay casas, cabañas y tiendas de estilo centroeuropeo en plena fusión con un entorno de pinares y arroyos. Destacan las imágenes del Río del Medio y sus cascadas, así como el gran puente que les da la bienvenida a los visitantes.
A estos distintivos se añaden la Plaza de los Pioneros y la Capilla local, que se encuentra dentro de un bosque de halo místico. Otro punto de interés es Cascada Grande, donde además del salto se observa un arroyo abriéndose paso a través de una gran quebrada.
Por último, entre las recomendaciones no pueden faltar el parque temático Peñón del Águila y el Río Subterráneo, al que se accede mediante una expedición que permite descubrir su curso de agua bajo piedras y detrás de cascadas.
Cerro Uritorco
Se llega al Cerro Uritorco desde Capilla del Monte. Adentrarse en sus caminos lleva a cruzar arroyos cristalinos, avistar aves como el cóndor y sumarse a desafíos de trekking rumbo a paisajes de valor escénico y aura sobrenatural.
Previo al ascenso, se aprecia en las calles una secuencia de murales y pinturas que remiten al carácter sereno de la localidad. Al transitar la senda del Uritorco se potencia la sensación de estar viviendo una experiencia de naturaleza espiritual.
En plan de exploración fotográfica el desafío es capturar esta atmósfera. Durante el recorrido es posible ver prodigios como el rey del bosque, la reina mora, colibríes, calandrias, zorzales y garzas, entre otras especies autóctonas.
La mayoría de estas aves viven en torno a los quebrachos, que en invierno pasan del verde oscuro típico a un dorado refulgente. Por las laderas crecen cocos, matorrales de romerillo, pastizales de las sierras, cactus y suculentas.
Entre los arbustos revolotean mariposas y por encima de todo, sobre molles y otros árboles comunes al bosque de las sierras, surcan el cielo águilas moradas, halcones peregrinos y cóndores.
Un broche de oro para esta aventura fotográfica sobre el cerro puede ser la excursión de trekking “Atardecer en el Uritorco”. Participar de esta travesía posibilita explorar sus secretos y registrarlos en composiciones potenciadas por la singularidad del crepúsculo.
Parque Ansenuza
El Parque Ansenuza es una nueva Área Natural Protegida que comprende más de 660 mil hectáreas. Allí se halla la laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza, única porque sus aguas saladas se comportan como un mar interior.
El área abarca una gran diversidad de ambientes que incluyen el gran espejo salino, cauces de ríos y lagunas permanentes y temporarias, playas barrosas, matorrales de arbustos y cardones, bosques chaqueños y pastizales y sabanas inundables.
El conjunto representa una oportunidad única para fotografiar las continuidades y contrastes del ecosistema, con énfasis en la variedad y riqueza de su fauna silvestre. En Ansenuza se encuentra más del 60 por ciento de las especies de aves migratorias y playeras del país.
Más de 350 mil ejemplares de flamencos australes habitan el humedal. A través del ecoturismo, es posible divisar águilas negras, garzas y cisnes de cuello negro, así como los falaropos, que se mueven en bandadas partiendo desde Canadá.
Entre los mamíferos se observan gatos monteses, nutrias, hurones, pecaríes, zorros grises, pumas y muy raramente el aguará guazú, el mayor de los cánidos de América del Sur. Por su aullido profundo, se lo vinculó con mitos y leyendas a través de los tiempos.
El parque también se presta para participar de excursiones acuáticas rumbo a costas lejanas, entre árboles petrificados, ruinas inundadas y otras vistas surrealistas que plantean el desafío de capturar en cámara su aura espectral.