Somos Asado incorporó platos realizados al horno de barro
De cara a la primavera, el restaurante de carnes maduradas, con sede en Villa Crespo, renovó su carta con recetas artesanales versionadas con sabores de Oriente Medio. En Villa Crespo se encuentra Somos Asado, un restaurante con especialidad en carnes maduradas in situ y platos locales con influencia de la cocina de Medio Oriente, preparados en horno de barro a leña.
Como antesala a la primavera, renovaron el menú con nuevas recetas artesanales, elaboradas con productos orgánicos y de temporada.
La carta es corta pero generosa en calidad: se divide en platitos, carnes y postres. La premisa de la casa es que los primeros oficien como entrada, tapas o guarnición de sus cortes.
Hay diez opciones para elegir, en su mayoría sin TACC, como el nuevo gratinado de alcauciles, gírgolas y portobellos; las batatas al rescoldo con melaza de cerveza y dukkah; lechuga con dulce de tomates, pepinillos, hierbas y mayo de wasabi; coliflor asado con adobo picante, crema de ajo y gomasio; tataki de lomo con salsa hoisin y cebolla frita; y las mollejas con miel de caña y puré de maíz blanco.
Respecto a las carnes, usan novillos pesados que despostan puertas adentro y maduran en seco en una cámara vidriada, a la vista de todos. Ofrecen siete cortes y una pieza especial por temporada. Se recomienda el ojo de bife, el bife de chorizo, el T-bone y el Porterhouse, cada uno madurado por más de 30 días y cocidos por aproximadamente 30 minutos en el horno de barro, alimentado con madera de quebracho colorado. Se sirven solos, en porciones generosas de 800 y 900 gramos. También hay vacío en bifes con gremolata estacionado por 10 días, y asado de costilla entero en salsa BBQ casera, en este caso, en cocción larga de seis horas y a baja temperatura (con el horno apagado, al calor de las últimas brasas).
Para el final dulce, proponen clásicos con sello propio, como la cheesecake con dulce artesanal de higos, queso brie con dulces caseros, cremoso de chocolate con oliva, sal marina y praliné de avellanas, torta confit de manzanas rojas y crema al caramelo y el infaltable flan de dulce de leche con dulce de leche y crema.
Cuentan con un salón cava y una selección de etiquetas nacionales, que invita a recorrer diferentes estilos y terruños. Predominan espumantes, blancos, naranjas, rosados y tintos de pequeños y medianos productores situados de norte a sur del país, dando lugar a cepas no tradicionales y vinos de baja intervención. Si se desea beber por copa, hay siete opciones que rotan asiduamente, para degustar en medida de 200 ml, media copa o medida degustación.
También ofrecen servicio de descorche.