Buenos Aires | Experiencias ruteras sobre la autovía 2 hacia la Costa Atlántica

Una de las autovías emblemáticas y con mayor caudal de tráfico del país es la Ruta Provincial 2 . A lo largo de este trayecto, quienes viajan se encuentran con paradas que son auténticas joyas, donde la gastronomía, la cultura y la calidez de la comunidad se entrelazan. Desde elegantes flamencos hasta sándwiches artesanales de todo tipo y las medialunas más famosas del planeta. Postas buenas, bonitas y bonaerenses en la experiencia rutera camino a la costa atlántica.
Atalaya, Chascomús
En la vera de la autovía al kilómetro 113.5, en 1942 de la mano de dos españoles que se instalaron en Chascomús, el parador_atalaya nació como empresa familiar dedicada a la elaboración artesanal de productos exquisitos. Diez años después los inmigrantes decidieron vender para mudarse a la ciudad de Mar del Plata y el proyecto pasó a manos de la primera generación de argentinos que se hizo cargo del lugar.
“En aquella época resaltaban los menús característicos españoles como jamones crudo colgados, pero de a poco lo argentinizaron a tal punto que en la década del 80 se instaló una parrilla dentro del parador”, recordó Juan, nieto de Victor Castoldi uno de los propietarios históricos.
Junto con Victor, las familias Rey, Genaro, Camio y Amado, fueron quienes tomaron la posta de esta empresa que fue cambiando de a poco hasta convertir a las medialunas en una tradición imprescindible para quienes viajan a las playas de la provincia de Buenos Aires.
La magia del lugar se encuentra en la receta de sus medialunas ¡las mejores del mundo!. Una verdadera derivación del croissant: suaves y de dulzor ligero que resalta el sabor de la manteca. Su proceso de elaboración es la clave. El secreto está en el tiempo de descanso que le dan a la masa luego de prepararla. ¡Son más de 12 horas! Recién después de esa larga espera, comienzan con los cortes triangulares y el enrolle para darle forma. ¿Cómo las cocinan? En horno de barro y ¡vualá, listas para que se nos haga agua la boca!
“El auge del teatro de revista en la década del 70 incrementó la cantidad de viajantes que por decantación frenaban acá ya que en ese momento un viaje hasta Mardel duraba entre 6 u 8 horas y nuestro parador estaba en un sitio estratégico”, aseguró Juan.
Este sitio de descanso y punto de encuentro de muchas generaciones que lo eligen para un alto en su viaje se transformó en ícono.
La empresa se fijó como meta ampliar sus fronteras y ofrecer a sus clientes una nueva experiencia, sin perder de vista el valor de lo autóctono como símbolo de pertenencia.
Liderada por la tercera generación de socios, desarrolló el modelo de franquicias para continuar su expansión comercial y ya concretaron 18 nuevos locales.
Parador Minotauro, Castelli
Este mítico lugar, ubicado en el kilómetro 183 de la autovía, resguarda un espacio único. Se trata de un refugio con más de 140 aves, entre las que resaltan los flamencos. Habitantes estrellas de un lago artificial impactante, con su color rosado, convocan a la contemplación plena. Cerquita, en dos estanques con peces carpa, de forma voluntaria se instalaron colonias de patos. El sitio está supervisado por la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires.
“Nos enorgullece decir que somos uno de los pocos lugares del mundo en lograr la reproducción de flamencos en cautiverio. Hoy tenemos más de 100 ejemplares que año a año se multiplican durante la época de apareamiento”, explicó Nicolas Vicenti, gerente de minotauro.parador.
El predio de 10.000 metros cuadrados incluye GNC, kiosco, sanitarios, wifi, fast food, parrilla, cafetería, delicias dulces, estacionamiento, espacio verde, paseo de compras y es ¡Pet Friendly!.
Como descendientes de italianos, la comida allí es un tema serio. Por eso además de hamburguesas con papas fritas, en la carta se destacan la carne a la parrilla, ensaladas, sándwiches, comida al plato y opciones para personas celíacas.
“Queremos que los visitantes vengan a disfrutar y lo logramos. Tanto si viajan en auto como los que vienen en micro”, remarcó Vicenti.
Entre Pueblos, Chascomús
Emplazado en el kilómetro 122, abajo del puente, parador_entrepueblos es la posta sanguchera obligada camino a la costa. Allí honran la palabra artesanal y la llevan a otro nivel.
La ambientación inspirada en un viejo almacén de campo, de estilo moderno pero nostálgico, presenta maquinarias que datan desde sus orígenes. Sus sándwiches con ingredientes a elección, preparación en el momento y el pan tostado que le aporta más magia son su principal atractivo. Incluyen propuestas veganas y sin tacc.
Este producto que en cada mordisco está lleno de frescura combina genial con personas que aman lo que hacen y le ponen la pasión que se nota en cada detalle. Imposible no volver para probar otro y otro.
También ofrecen ensaladas, hamburguesas, minutas, quesos, fiambres ahumados, panes, mermeladas caseras, yerbas naturales y una limonada especial.
Otras paradas sobre esta ruta que lleva al encuentro con la arena y el mar son:
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La Matera, partido de Lezama, en el kilómetro 157. Deleita con manjares artesanales que se destacan por su exuberancia.
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CafeQuevá, en Castelli a la altura del kilómetro 174.5, una cafetería de especialidad que muele con vista al público granos de diversas partes del mundo. Con especies sin gluten, además venden café suelto y otros accesorios.
La ruta es un viaje por la aventura y estos increíbles paradores buenos bonitos y bonaerenses permiten que el recorrido también sea imperdible. ¡Hasta la próxima parada en la Provincia!