Dulce de Leche: Patrimonio Argentino y Pasión Global

El dulce de leche, sabor que une generaciones, celebra su día mundial cada 11 de octubre. Desde 1998, esta fecha rinde homenaje a uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía argentina, declarado patrimonio cultural y símbolo de identidad nacional.
La iniciativa, impulsada por el Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines, busca consolidar su presencia en el mundo como embajador de nuestra cocina.
Más allá de su historia, el dulce de leche es protagonista de experiencias turísticas, rutas gastronómicas y memorias afectivas. Su versatilidad lo convierte en aliado de chefs, pasteleros y cocineros caseros, que lo reinventan en recetas que conquistan paladares locales e internacionales.
Una de esas voces es la de Natalia Penchas, cocinera, pastelera, docente y fotógrafa de alimentos, que comparte dos recetas fáciles para celebrar este ícono argentino. Con más de 15 años de trayectoria en cocina profesional, Penchas ha sabido combinar técnica, creatividad y cercanía, llevando su pasión por la cocina simple a medios como América TV, Walmart Argentina y Tastemade en español.
“Me encanta compartir mis recetas caseras y el amor por la comida real, con ingredientes frescos y locales. La cocina simple, esa que todos pueden cocinar, es la que más me gusta”, cuenta Natalia, quien alcanzó más de un millón de seguidores en redes sociales tras publicar su versión del cheesecake japonés, grabado con un celular común pero con alma de viajera y cocinera.
Desde Saint Louis a Buenos Aires, su recorrido profesional refleja el poder de la cocina como puente cultural. Hoy, sus recetas con dulce de leche no solo endulzan mesas, sino que también inspiran a quienes buscan reconectar con sabores auténticos y accesibles.
El Día Mundial del Dulce de Leche es más que una efeméride: es una invitación a saborear la historia, a descubrir talentos como el de Natalia Penchas y a celebrar la riqueza de nuestra identidad gastronómica.
Cheesecake de dulce de leche sin horno
Te vas a enamorar de esta cheesecake de dulce de leche. La podés hacer y tenerla en el freezer para cualquier ocasión.
Para un molde de 18 cm de diámetro:
100 g de galletitas, colocá en un repasador, golpeá con un palo y triturá aplastando.
60 g de manteca derretida.
Cheesecake:
600 g de queso crema.
100 g de azúcar.
1 cda de esencia de vainilla.
200 g de crema de leche.
3 cdas de dulce de leche.
15 g de gelatina sin sabor.
50 ml de agua.
Extras:
Dulce de leche común para armar la torta.
Dulce de leche repostero para decorar.
En un bol, colocá las migas de galletitas, agregá la manteca y mezclá bien. Forrá internamente el molde con papel film, base y bordes, o podés usar un molde de silicona como usé yo. Apretá presionando el crumble contra la base. Llevá a la heladera para que endurezca.
En un bol, colocá el queso crema, la vainilla, el azúcar, la crema de leche y el dulce de leche, y batí con la batidora. En un bol chico, colocá la gelatina y el agua, mezclá hasta que se hidrate y se forme una crema gomosa. Calentá la gelatina hidratada a baño María hasta que se vuelva líquida, sin sobrecalentar para que no se arruine. Incorporá la gelatina a la mezcla batiendo hasta integrar.
Colocá en el molde 1/3 de la mezcla. Agregá dulce de leche común haciendo un dibujo y con un cuchillo mezclá haciendo un marmolado. Colocá otro 1/3 de la mezcla por encima y repetí con más dulce de leche. Terminá con el resto de la mezcla y emparejá.
Llevá al freezer y dejá congelar. Desmoldá y decorá con dulce de leche repostero. Entre 10 y 20 minutos fuera de la heladera ya se puede comer como torta helada. Si la dejás más tiempo, queda como una cheesecake común. Vas a notar que el dulce de leche queda como una salsa de caramelo en la torta y le queda genial.
Alfajores de maicena
Hablemos de alfajores. Una masa que se agrieta y está seca, para mi no es sabrosa.
Un alfajor de maicena debería ser suave al morderlo. Que se deshaga en la boca.
La elección del dulce de leche es fundamental.
No cualquier repostero es rico. Y no sean amarretes con el dulce de leche a llenarlos bien.
Secreto al día siguiente están más ricos. Eso sí, si los guardas en un tupper.
Ésta es mi receta preferida para estos alfajores. Con una vueltita de rosca, esta vez puse más harina que maicena, receta de una amiga, y salieron aún mejores.
¿Qué necesito?
- 200 g. de manteca blanda.
- 200 gr de azúcar impalpable
- 3 yemas
- 1 cdita de extracto o esencia de vainilla
- 1 cda de ralladura de limón
- 1 cdita. de licor de naranja ( o coñac)
Ingredientes secos:
- 200 g de fécula de maíz
- 300 g de harina (0000)
- 1/2 cdita de bicarbonato
- 1 cdita. de
polvo de hornear
Para rellenar
- 500 g dulce de leche firme
- 100 g de coco rallado
¿Cómo lo hago?
Con batidora eléctrica batir la manteca y el azúcar hasta formar una crema.
Agregar las yemas de a una y batir. Incorporar la ralladura y la vainilla.
Mezclar todos los elementos secos y tamizar.
Con espátula mezclar los secos agregar en tres veces. NO amasar nunca
( Si lo haces salen duros y se quiebran en la cocción)
Llevar a frío por una hora
Estirar en una mesada enharinada y cortar círculos, colocar en una bandeja enmantecada y enharinada para horno.
Precalentar el horno a 180C y hornear por 10 minutos, la idea es que no se doren.
Una vez frías rellenar, poner bastante dulce de leche y rodar por coco asi se cubren los bordes.
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