Estaciones, reservas y contrastes: un viaje por Puan y Campana

Puan y Campana , dos destinos que rara vez se cruzan en el imaginario turístico, sorprenden por su identidad marcada y su belleza poco explorada.
Puan, en el sudoeste bonaerense, es reconocimiento, espiritualidad y naturaleza serena: su laguna de 700 hectáreas, el Templo Milenio y el monasterio Santa Clara invitan a una experiencia casi mística. Sus estaciones de tren y reservas naturales conectan historia, biodiversidad y memorias rurales.
Campana, en cambio, vibra con otro pulso: entre fábricas y humedales, ofrece acceso privilegiado al Parque Nacional Ciervos de los Pantanos, donde la naturaleza se despliega en estado puro. Su legado ferroviario, su paseo costanero y su Monumento al Primer Automóvil Argentino construyen una narrativa urbana con alma verde y orgullo local.
Ambas conservan el eco del tren, la riqueza de sus reservas y una vocación silenciosa por proteger lo esencial. En una provincia que busca nuevos relatos turísticos, Puan y Campana invitan a correrse del mapa tradicional y detenerse en lo que aún queda por contar.