Ofrenda de raíces: Corpachada catamarqueña en honor a la Pachamama

Un canto a la Madre Tierra, como cada 1° de agosto, la Casa de la Cultura se vistió de espiritualidad y tradición para celebrar una de las ceremonias más sentidas del calendario ancestral: la corpachada en honor a la Pachamama.
En esta jornada de agradecimiento, la comunidad se reunió espontáneamente para ofrecerle a la Madre Tierra lo mejor que nace de su generosidad.
Dirigida con ternura y sabiduría por la bailarina Rita Soria, la ceremonia cobró vida entre coplas, silencios compartidos y gestos de profundo respeto. Mariángeles Nieva y Tomás Caro acompañaron con sus voces, mientras Mau Olmedo y Manuel Alvarado sumaron palabras y ofrendas que emocionaron a los presentes.
Entre hojas de coca, cigarrillos, granos de maíz, yerba y vino, la tierra recibió los obsequios que la comunidad entregó con humildad y gratitud. Cada elemento, simbólico y cargado de historia, fue depositado como muestra de reciprocidad y memoria viva.
“La tierra nos sostiene y nos da —por eso debemos agradecer todos los días”, se escuchó en uno de los momentos más reflexivos de la ceremonia. Porque más allá del rito, la corpachada es un llamado colectivo a reconectar con nuestras raíces y a cuidar el equilibrio natural que nos abraza.
Así, una vez más, la Casa de la Cultura se transformó en un espacio de encuentro entre lo ancestral y lo presente, recordándonos que honrar a la Pachamama es también honrarnos a nosotros mismos.
Fotos: Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte / Mario Folquer