Benito Quinquela Martín, su legado sigue vivo en el sur de Buenos Aires
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Nacido el 1 de marzo de 1890, Quinquela Martín fue un pintor, muralista y gestor cultural cuyas contribuciones trascendieron el ámbito artístico para transformar el paisaje urbano y social de su barrio natal. Quinquela Martín, ícono de La Boca, dejó una huella imborrable en el paisaje porteño con su visión del arte que sigue vigente en varios espacios de la Ciudad de Buenos Aires.
El Ministerio de Cultura porteño conmemora el 135° aniversario del nacimiento de Benito Quinquela Martín, uno de los artistas más emblemáticos de la Argentina, cuya obra y legado continúan vigentes en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, especialmente en el barrio de La Boca.
El Teatro de la Ribera, perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires y ubicado en el corazón de La Boca, forma parte de la donación que hizo el artista de todo un terreno. Actualmente, es un complejo edilicio que incluye un museo (donde Quinquela Martín vivió y hoy se encuentra una réplica de su hogar), una escuela técnica, un centro odontológico infantil y el propio teatro frente al Riachuelo. En el hall y sala principal de este último, se pueden ver ocho murales de gran formato creados por el artista que constituyen un patrimonio de relevancia para la Ciudad: Rincón de La Boca, Crepúsculo, Saludo a la bandera, Procesión náutica, Día de trabajo, Día de fiesta, Arrancando y Tango en la Ribera.
Este año, en el escenario inaugurado en 1971, volverá a brillar Benito de La Boca, un musical para disfrutar en familia y revivir la vida y la obra de Quinquela Martín. Además, en este histórico teatro, durante los sábados y domingos de marzo se llevará a cabo el Festival del Tornillo, una propuesta que incluirá teatro, danza, títeres, música, foto y artes plásticas, y que debe su nombre a la iniciativa que creó el artista llamada Orden del Tornillo, cuya visión era darle “coherencia a la locura”.
A metros de este sitio se encuentra Caminito, uno de los paseos obligatorios para vecinos y turistas, que fue concebido como un museo a cielo abierto gracias a la visión de Quinquela Martín. Esta calle, que rinde homenaje a la famosa canción de tango que le da su nombre, es un ejemplo de cómo el arte puede transformar el espacio público y convertirse en un símbolo de identidad barrial.
El Museo Moderno alberga en su colección un retrato fotográfico de Benito Quinquela Martín realizado por Pedro Otero, testimonio visual que refleja la figura del artista en su contexto histórico. Incluso la biblioteca del Museo dispone de catálogos y material de archivo de Benito.
En tanto, el Museo Perlotti, en Caballito, cuenta en su colección con dos murales realizados por el artista boquense en la década del 40. La amistad entre Benito Quinquela Martín y Luis Perlotti, escultor y fundador del museo que lleva su nombre, fue un vínculo significativo en la vida de ambos artistas. Compartieron no sólo la pasión por las artes plásticas, sino también un compromiso con la promoción del arte y la cultura en la Ciudad. Ambos solían reunirse en el Café Tortoni, donde llevaron adelante durante varios años la Peña Literaria, un espacio de encuentro entre intelectuales y artistas de la época, como Ricardo Viñes, Juan José de Soiza Reilly, Héctor Pedro Blomberg, Atilio García Mellid o Juan de Dios Filiberto.
Otro de los Bares Notables relacionados a Benito es el mítico Bar La Perla donde entre afiches de Quinquela, de Tita Merello, Maradona y Edmundo Rivero, se erige un gran mural, obra de Vicente Walter, en el que se homenajea al gran pintor argentino y referente indiscutido de La Boca.
Benito Quinquela Martín fue uno de los artistas plásticos argentinos más reconocidos a nivel mundial, con obras que integran colecciones en más de 20 museos del exterior, incluyendo el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma. Su legado se encuentra especialmente presente en la Ciudad de Buenos Aires, donde los 75 murales que pueden apreciarse en espacios públicos son un acervo de alto valor artístico, histórico e identitario, que enriquece el patrimonio cultural porteño.